En el centro del corazón de Dios está el amor del uno hacia el otro. Todas las escrituras nos dicen que las Buenas Nuevas son una historia de amor. El deseo interminable de unirse a Dios y su creación. Una vida bendecida solo se puede lograr a través de nuestra entrega a vivir una vida en Jesús. Sí queremos ser transformados a la imagen de Jesús. Nuestros corazones no deben enfocarse en nuestros deseos egoístas y mejor amar a los demás de manera más intencionada.
Sin duda, hay innumerables grupos de los que ya formas parte: tu familia, compañeros de trabajo, un equipo deportivo, un grupo de amigos. Nuestra naturaleza está programada para vivir en comunidad con los demás, y cuando estamos en una etapa de la vida en la que nos sentimos aislados, nuestros corazones anhelan conexiones significativas. Por supuesto que queremos que el amor de Jesús penetre en cada una de estas áreas de nuestras vidas, pero para que eso suceda, necesitamos seguir a Jesús de cerca, “quitándonos” nuestro viejo ego y dejando que el Espíritu Santo nos moldee en una nueva creación (Efesios 4: 21-24).
Los grupos se convierten en un espacio en el que podemos venir con autenticidad y ser animados a vivir una vida de fe y propósito, y a practicar las verdades que estamos aprendiendo en los desafíos de la vida. Dicho de otra manera, los grupos son el espacio donde se encuentran las realidades de la vida y la verdad de la palabra de Dios. ¡Este otoño estamos lanzando nuestros grupos comunitarios con grupos de todo tipo! ¡Consulte la lista y encuentra un grupo que sea adecuado para ti y regístrele!
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